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Arranca el ciclo «El legado del pop rock en Aragón» en el Edificio Grupo San Valero

El viernes 14 de marzo arrancó en el Edificio Grupo San Valero el ciclo «El legado del pop rock en Aragón» con el primero de cuatro encuentros que abren un espacio de diálogo en el que la música sirve de punto de encuentro, explorando la influencia de la música pop rock en Aragón, sus protagonistas y el panorama musical actual.
El Ciclo de Conferencias «El Legado del Pop Rock en Aragón» está diseñado especialmente para directivos de empresa y alumnos de la Universidad Senior de la Universidad San Jorge. A través de un recorrido por la historia del pop rock aragonés desde los años 80 hasta la actualidad, buscamos crear un espacio de encuentro donde la música sirva de nexo entre el mundo empresarial y el ámbito académico. Esta iniciativa permite a los asistentes compartir experiencias, recordar momentos clave de la escena musical y descubrir cómo la cultura sigue influyendo en el tejido social y económico de nuestra comunidad.
En esta primera cita empezamos un recorrido desde los años 70 hasta la actualidad para conocer esta escena musical de la mano de Santi Rex (Niños del Brasil) y Luis Linacero, con la moderación de Gonzalo de la Figuera. El título de la charla, «Del desierto al vergel», resume lo acontecido desde aquellos años hasta ahora, ya que Aragón ha pasado de ser conocida en las postrimerías de la década de los años 70 como «la capital del desierto», en referencia a la ausencia de tejido musical, al momento actual, con grandes figuras de la escena nacional e internacional y una miríada de bandas locales.
Aquellos primeros músicos, muchos de los cuales venían de una tradición autodidacta, se enfrentaron a un panorama en el que no había salas ni programación que les permitiese darse a conocer. La situación tuvo un punto de inflexión en 1982, cuando se celebró en la capital aragonesa el I Concurso de Rock Ciudad de Zaragoza. A este llamado respondieron más de 40 grupos, quedando patente que el desierto no era tal, sino que, lo que faltaba, era una articulación y programación. Entre los nombres de aquellos grupos encontramos a Distrito 14, los Golden Zippers de Mauricio Aznar, o Ferrobós de Gabriel Sopeña, entre muchos otros.
Con el éxito de esta primera experiencia, en 1984 se organizó la «Muestra de pop, rock y otros rollos», celebrada en Zaragoza entre el 23 y el 25 de marzo de 1984, en el desaparecido Pabellón Francés de la antigua Feria de Muestras de Zaragoza. Estos días supusieron un antes y un después. Conocerse personalmente y ver tocar a otros músicos permitió alumbrar una comunidad, y los miembros de unas bandas se juntaron con otros. De allí salieron nombres como Héroes del Silencio, Más Birras o Niños del Brasil, ya que muchos de sus miembros participaron en la muestra formando parte de otras bandas, como Proceso Entrópico (Enrique Bunbury) o Zumo de Vidrio (Pedro y Juan Valdivia). La muestra fue un rotundo éxito, con más de 50 bandas y la contratación de figuras nacionales para cerrar cada uno de los días, destacando Gabinete Caligari.
Recordaron el periplo con el ayuntamiento para su organización, pero también destacaron la suerte de haberse encontrado con unos técnicos jóvenes y entusiastas que se volcaron en el proyecto para organizarlo. Ahora es difícil: no hay Pabellón Francés, el Ayuntamiento no tiene aquella actitud, no hay un fuerte asociacionismo juvenil...
La muestra no fue el principio de la música en Aragón, porque, de otra forma, no habría habido apenas grupos participantes. Ya empezaba a haber tiendas, un sello discográfico que creó Luis Linacero… pero estaba todo disperso y este fue el germen que comenzó a darle forma a todo. En paralelo, en el 86, abrieron dos míticas salas en Zaragoza: algunos de los organizadores de la muestra del 84 abrieron la sala M-tro y Nacho Royo abrió la mítica sala En Bruto. En definitiva, la muestra demostró que la ciudad estaba preparada para dar un paso adelante.
Con la llegada de la década de los 90, entraron otras influencias, como la música indie, el techno y, con especial fuerza en Zaragoza, el hip-hop, pero siguió siendo la era dorada del pop rock con grupos como Héroes del Silencio, Amaral, El Niño Gusano, Niños del Brasil, Las Novias...
El concierto Interferencias, celebrado en 1992 en La Chimenea de Zaragoza, fue un evento significativo para la escena musical local. Este concierto tuvo lugar el 21 de febrero de 1992 y contó con la participación de varios artistas locales. El objetivo del concierto era apoyar el sello discográfico Interferencias, fundado por Luis Linacero junto con Miguel Goyanes e Inmaculada Mendoza. Este sello fue creado para editar el primer disco de Más Birras: Al Este del Moncayo.
Una diferencia entre aquellos pioneros de los 70-80 y esta nueva generación que entró en los 90 y que remarcaron los participantes en la charla fue la formación musical. La generación anterior se basaba más en la ilusión por tocar que en saber tocar. Otro problema al que ha tenido que hacer frente la industria en Aragón es que Zaragoza no es buen sitio para el negocio musical, ya que todo se mueve en Madrid.
A pesar del actual entramado de grupos de música y la existencia de pequeñas y medianas salas en la ciudad con una programación continuada, Gonzalo de la Figuera apuntó que son pocos los que se pueden profesionalizar y vivir de la música. En nuestra tierra, los artistas que pueden hacerlo se reducen prácticamente a la triada compuesta por Bunbury/Héroes del Silencio, Amaral y Kase O/Violadores del Verso. Y no hay que perder de vista que, además, el género pop rock no arrastra a los jóvenes como lo hizo en su momento. Ahora son otras músicas las que disfrutan de esa popularidad, lo que muchas veces se denomina de forma genérica músicas urbanas.
Los participantes también quisieron dejar patente que Zaragoza es de las pocas ciudades españolas que tiene unos premios musicales extendidos y asentados, entre los que señalaron los Premios de la Música Aragonesa, que se celebran desde hace 25 años, o el veterano PopyRock. Para ilustrar la efervescencia musical en Aragón, cabe reseñar que, en 2024, se publicaron aquí casi 200 discos, lo que da la medida de las inquietudes musicales y creativas que palpitan en nuestra Comunidad. Además, la amplia oferta musical no responde a un único género, a algo que pudiera denominarse un «sonido zaragoza», sino que la variedad es brutal: rock, pop, folk, hip hop… en este sentido, de la Figuera aseguró que «la indefinición es lo que define a la escena aragonesa».
En el siglo XXI, aparte de los tres nombres destacados y que son estrellas masivas, los ya citados Bunbury, Amaral y Kase O, siguen proliferando multitud de bandas con apuestas serias y una gran personalidad. Citaron a artistas como Tachenko, Cuti Vericad, propuestas como Calavera, Señoras y Bedeles, Los Bengala, Modelo, Mediapunta... En el mundo del rap destacan nombres como El Momo o Sharif. Y en los últimos años hemos asistido también a la llegada con fuerza de mujeres jóvenes: Chata Flores, Erin Memento, Eva McBel, Elem, Ester Vallejo...
Ahora, con matices, los expertos consideraron que estamos en una segunda edad de oro de la música en Aragón, con mucha gente haciendo música. En este punto, Gonzalo de la Figuera quiso hacer un alegato por políticas culturales sólidas y continuadas, ya que la escena musical no la generan los grandes conciertos y eventos, sino el tejido musical, las salas pequeñas y medianas que permiten dar visibilidad a los grupos que tocan, la colaboración entre artistas…
Tras el nostálgico repaso a los orígenes y la optimista visión del momento presente, el acto cerró con la exquisita y delicada actuación de Ester Vallejo, cantante, percusionista y compositora aragonesa que presentó recientemente su segundo disco, A la fresca, una recopilación de canciones inspiradas en el cancionero popular con letras que reivindican y celebran, especialmente, a las mujeres que viven y luchan por la libertad. Ester Vallejo tiene cuatro nominaciones a los premios Aragoneses de la Música 2025, a mejor solista, mejor álbum por A la fresca, mejor canción por A la fresca, y mejor audiovisual por su videoclip A la fresca, de Ana Escario y Adela Moreno.
El próximo encuentro del Ciclo «El legado del pop rock en Aragón», que lleva por título «La vida es un escenario», tendrá lugar el 25 de abril.
Os esperamos.